(Los Guayos, 20 May.RT).- La revista 'Journal of Maritime Archaeology' ha publicado el análisis de la expedición organizada por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, que encontró los restos del portaviones USS Independence en las aguas del santuario marino de la bahía de Monterrey (California, EEUU) en marzo de 2015. Este buque, hace casi 70 años, formó parte de la operación 'Crossroads' (encrucijada, en inglés), informa 'El País'.
En esa misión, que tuvo lugar en 1946, participaron 242 barcos, 156 aviones, 42.000 personas y más de 5.000 animales entre cabras, cerdos y ratas. El objetivo oficial era estudiar los efectos de un ataque nuclear en organismos humanos a través de pruebas reales con animales, pero los norteamericanos también querían mostrar su poderío armamentístico a la Unión Soviética tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Así, el contingente de EEUU viajó hasta el atolón Bikini (Islas Marshall) donde los norteamericanos expulsaron a los 167 nativos del lugar. El 1 y el 25 de julio de ese año lanzaron sobre casi 100 buques —muchos de ellos requisados a Alemania y Japón— dos bombas nucleares de unos 20 kilotones cada una, frente a los 15 kilotones de la detonación que se produjo en Hiroshima (Japón) de 1945.
Los proyectiles generaron columnas radiactivas de agua y coral pulverizado que acabaron con los animales que estaban en los barcos. Los que no murieron a causa de las explosiones perdieron la vida en los días siguientes por las fuertes dosis de radiaciones ionizantes.
Tras la operación, algunos barcos no se hundieron y fueron remolcados hasta San Francisco para estudiar los efectos de las bombas y ensayar medidas de descontaminación radioactiva. Uno de esos buques 'fantasma' fue el USS Independence, que sirvió de plataforma para la escuela de descontaminación radiológica de la Armada estadounidense.
En 1951 se recomendó su hundimiento porque el coste de eliminar los contaminantes "superaría el valor de la chatarra del barco" y la nave terminó a 830 metros de profundidad.
En esa misión, que tuvo lugar en 1946, participaron 242 barcos, 156 aviones, 42.000 personas y más de 5.000 animales entre cabras, cerdos y ratas. El objetivo oficial era estudiar los efectos de un ataque nuclear en organismos humanos a través de pruebas reales con animales, pero los norteamericanos también querían mostrar su poderío armamentístico a la Unión Soviética tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Así, el contingente de EEUU viajó hasta el atolón Bikini (Islas Marshall) donde los norteamericanos expulsaron a los 167 nativos del lugar. El 1 y el 25 de julio de ese año lanzaron sobre casi 100 buques —muchos de ellos requisados a Alemania y Japón— dos bombas nucleares de unos 20 kilotones cada una, frente a los 15 kilotones de la detonación que se produjo en Hiroshima (Japón) de 1945.
Los proyectiles generaron columnas radiactivas de agua y coral pulverizado que acabaron con los animales que estaban en los barcos. Los que no murieron a causa de las explosiones perdieron la vida en los días siguientes por las fuertes dosis de radiaciones ionizantes.
Tras la operación, algunos barcos no se hundieron y fueron remolcados hasta San Francisco para estudiar los efectos de las bombas y ensayar medidas de descontaminación radioactiva. Uno de esos buques 'fantasma' fue el USS Independence, que sirvió de plataforma para la escuela de descontaminación radiológica de la Armada estadounidense.
En 1951 se recomendó su hundimiento porque el coste de eliminar los contaminantes "superaría el valor de la chatarra del barco" y la nave terminó a 830 metros de profundidad.
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